domingo, 7 de noviembre de 2010

'Superfreakonomics'

Nunca he terminado de entender la fuerte atracción que siente el mundo latino por acoger sin mucha resistencia expresiones de uso popular dentro del mundo anglosajón. El fenómeno Web 2.0 únicamente ha amplificado dicho fenómeno, por lo que no es raro que las bitácoras, foros y otros submundos estén plagados de expresiones como LOL o WTF, por poner un par de ejemplos. ¿Dónde estará el tan castizo y sonoro «¡Pero qué coño!».

En fin, como la entrada de hoy no pretende hacer un análisis sesudo sobre lo permeables que somos a las modas lingüísticas, y por eso de seguir en mi papel de fashion victim, diré que el libro 'Superfreakonomics' está plagado de párrafos en los que exclamaremos algún que otro WTF o, cuando menos, algún LOL. Aunque yo, mientras lo leía, soltaba más «¡Vaya!», «¡Hay que joderse!» o, simplemente, algún «¡Joder!». El libro está repleto de datos e información, cuando menos, curiosa. Muchas veces sorprendente. Además, resulta muy divertido de leer, pasándose las páginas una tras otra a gusto. No aburre, no.

'Superfreakonomics' es, como no se le escapará a (casi) nadie, la continuación del libro 'Freakonomics' [mi reseña]. Más que una continuación, tal como se podría contemplar desde el punto de vista de un argumento o una historia, resulta un «más de lo mismo», pero con casos/estudios nuevos y siguiendo la dinámica del libro anterior. Ha mejorado, para mi gusto, en la forma de exponer las situaciones. Resulta más ameno que el primero.

Otra componente que me ha gustado particularmente del texto es que hace bastante hincapié en la forma en que debe realizarse un estudio. No es que la describan paso a paso, pero sí que se preocupan en explicar por qué y por qué no se pueden hacer ciertas suposiciones en función de cómo se han obtenido los datos. En este aspecto es un libro que, pese a su superficialidad —pero muy, muy, muy superficial— en este tema, sí que resulta instructivo en la forma en que se procede a estudiar el dominio del problema. Lo araña apenas, pero resulta interesante para alguien al que le guste el tema del análisis estadístico de datos.

    Un análisis similar de Claude Berrebi sobre terroristas suicidas palestinos reveló que solo el 16 por ciento procedían de familias pobres, frente a más del 30 por ciento de los varones palestinos en general. Por otra parte, más del 60 por ciento de los terroristas tenían estudios superiores, frente al 15 por ciento de la población en general.

De los cinco bloques en los que se divide el libro, el que quizás menos me gustó fue el último. Ese bloque hace de plataforma contra Al Gore y su visión del calentamiento global. No digo que necesariamente Al Gore esté en lo cierto porque sí, pero desde luego a mí, gustos políticos aparte, me resulta loable su preocupación por cómo se está destruyendo el Planeta. En ese aspecto, los últimos capítulos resultan una obstinada prosa por desacreditar al hombre (también Lovelock, otro talibán ecologista, recibe muchas críticas), para justificar la visión alternativa. Esos capítulos me dejaron un poco frío. Por no confesar que un poco irritado. Tal vez se deba a que yo soy algo radical con el asunto del calentamiento global, la contaminación desmedida y la exterminación indiscriminada y lucrativa de ecosistemas y especies animales y vegetales. Suerte que sí tengo contratado un seguro de vida. En caso contrario podría pasar por un terrorista.

En fin, 'Superfreakonomics' cumple lo que promete, ilustrar divirtiendo. Al menos en la mayor parte del texto. Por eso lo sugiero como experiencia recomendada. Algo que le importará a nadie, probablemente. Pero ahí queda.

¡Ah, sí! Una última cosa. A ver si para hiperfreakonomics, o como decidan llamar a la tercera parte, estudian y descubren la causa por la que somos tan tendenciosamente tontos como para acuñar tanta moda extranjera y dan respuesta a mi pregunta del WTF y el LOL. A lo mejor acabo exclamando un sorprendido «¡Hay que joderse!» cuando lo lea.

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