¡Madre mía! Vía Vida Extra acabo de ver un vídeo del modo multijugador del próximo God of War. No me mola mucho lo de la idea multijugador, pero los gráficos son la repera. Lo de partirle la mandíbula de un tajo al gigante es acojonante.
Promete horas de diversión salvaje. Es que sacan lo peor de mí.
lunes, 30 de abril de 2012
Sobremesas cómicas
Lo bueno de tener un Mac Mini junto a la tele es que tienes una ventana al mundo. Así, después de comer, para la sobremesa cuando los amigos de Getafe mandan a los niños a la siesta, amenizamos la sobremesa consultando Internet y buscando aquí y allá. Lo último es cómicos bajo demanda. Se corre la voz de uno bueno y buscamos y vamos viendo este y aquel. Una forma magistral de pasar la tarde. Así fue como descubrimos a Dani Rovira, y este genial monólogo:
Y saltando de sugerencia en sugerencia, topamos con Alex Clavero y su monólogo del miedo:
Brutal.
Pero para mí, el mejor sigue siendo el de Leo Harlem y su síndrome del chándal:
El mismo Leo que ha participado frecuentemente en el programa de José Mota:
Lo de «te voy a dar un tortazo que nos vamos a matar los dos, tú del tortazo y yo del eco» es brutal.
A lo tonto aquí va media hora de risas garantizadas.
Y saltando de sugerencia en sugerencia, topamos con Alex Clavero y su monólogo del miedo:
Brutal.
Pero para mí, el mejor sigue siendo el de Leo Harlem y su síndrome del chándal:
El mismo Leo que ha participado frecuentemente en el programa de José Mota:
Lo de «te voy a dar un tortazo que nos vamos a matar los dos, tú del tortazo y yo del eco» es brutal.
A lo tonto aquí va media hora de risas garantizadas.
sábado, 21 de abril de 2012
Y habrá nueva parte
Sony quiere joderme la vida, seguro. Ya había dejado lo de los videojuegos, de verdad de la buena. En los últimos meses si encendía la PS3 era para alquilar alguna peli o, directamente, para reproducir un BluRay. Nada de juegos. Lo juro por la cuquita del niño Jesús. Pero claro, han decidido sacar un nuevo GoW. En fin, habrá que esperar un año...
Esta franquicia es mi debilidad.
Esta franquicia es mi debilidad.
jueves, 19 de abril de 2012
Casualidades de un cuarentón que jugó al Spectrum
Muchas son las veces que he dicho que me hubiese gustado programar algún juego. Envidiaba, con esa envidia sana, pero de verdad que sana, a todos aquellos que, con pocos años más que yo, incluso algunos con menos, dejaron su impronta en la historia de los videojuegos. Está claro que casi idolatraba a Víctor Ruíz por su Abu Simbel Profanation, que siempre quise portar a otros ordenadores (y que utilicé para un prototipo sencillo con MonoTouch y MonoGame, o XNATouch).
Hoy estaba en cliente. En realidad siempre estoy en cliente, ya que desde que estoy en Madrid aún no he pisado la oficina de la empresa que me paga, pero hoy estaba en cliente en nombre de mi cliente. Trabajando codo con codo con uno de los socios de la empresa para la que trabajo, no la del cliente, sino la que me paga, y no sé muy bien cómo salió el tema, pero el director del área de desarrollo del cliente y mi jefe se pusieron a hablar de máquinas viejas y de programación de videojuegos. Pues resulta que los dos hicieron «sus pinitos» en aquellos tiempos en que la historia de la informática de ocio se escribía con entusiasmo de cuarto oscuro sobre opcodes de procesadores de 8 bits amenizados con bandas sonoras de baudios y cargas desde cinta de cassette. El uno había publicado varios juegos, que no quería decir por la vergüenza que traen a los maduros los actos de juventud, pero que gracias a San Google del Gigabyte Bendito encontré dos: Los pájaros de Bangkok y Ke Rulen los Petas, dos aventuras conversacionales. El otro un algo más modesto Zampabolas.
Estaba encantado escuchándolos recordar viejos tiempos.
Lástima que nunca tuve el coraje suficiente, ni la tenacidad oportuna, para ponerme a ello. La excusa, y la justificación real, es que siempre me faltó grafista y alguien para el sonido. Una pena. Pero me ha entrado el gusanillo de hacer algo. Está claro que el Abu Simbel no puede ser, ya que el propio Víctor Ruiz, con su FX Interactive, ha sacado una versión para iPhone y te cobran por absolutamente todo, incluso las vidas infinitas.
Está mal que yo lo diga, pero mi versión, esa que dudo que llegue a terminar nunca, tiene bastante mejor pinta. De hecho la jugabilidad de la oficial deja mucho que desear. Si no lo crees, pásate por la página que hice para presentarlo en sociedad.
Hoy estaba en cliente. En realidad siempre estoy en cliente, ya que desde que estoy en Madrid aún no he pisado la oficina de la empresa que me paga, pero hoy estaba en cliente en nombre de mi cliente. Trabajando codo con codo con uno de los socios de la empresa para la que trabajo, no la del cliente, sino la que me paga, y no sé muy bien cómo salió el tema, pero el director del área de desarrollo del cliente y mi jefe se pusieron a hablar de máquinas viejas y de programación de videojuegos. Pues resulta que los dos hicieron «sus pinitos» en aquellos tiempos en que la historia de la informática de ocio se escribía con entusiasmo de cuarto oscuro sobre opcodes de procesadores de 8 bits amenizados con bandas sonoras de baudios y cargas desde cinta de cassette. El uno había publicado varios juegos, que no quería decir por la vergüenza que traen a los maduros los actos de juventud, pero que gracias a San Google del Gigabyte Bendito encontré dos: Los pájaros de Bangkok y Ke Rulen los Petas, dos aventuras conversacionales. El otro un algo más modesto Zampabolas.
Estaba encantado escuchándolos recordar viejos tiempos.
Lástima que nunca tuve el coraje suficiente, ni la tenacidad oportuna, para ponerme a ello. La excusa, y la justificación real, es que siempre me faltó grafista y alguien para el sonido. Una pena. Pero me ha entrado el gusanillo de hacer algo. Está claro que el Abu Simbel no puede ser, ya que el propio Víctor Ruiz, con su FX Interactive, ha sacado una versión para iPhone y te cobran por absolutamente todo, incluso las vidas infinitas.
Está mal que yo lo diga, pero mi versión, esa que dudo que llegue a terminar nunca, tiene bastante mejor pinta. De hecho la jugabilidad de la oficial deja mucho que desear. Si no lo crees, pásate por la página que hice para presentarlo en sociedad.
Derrape cerebral intenso
¿Te ha pasado escuchar alguna vez un sonido intenso sin haberse llegado a producir realmente? No hablo de escuchar voces, en plan paranoico, sino de percibir un ruido, generalmente intenso, y no haber indicios cerca de nada que lo haya generado. A mí a veces me pasa. Me despierto de madrugada sobresaltado creyendo que el timbre de la puerta ha sonado. Y me quedo escuchando, con el corazón rebotando contra los pulmones a toda máquina, y no suena nada fuera. Rara vez ha sucedido sin haber estado dormido. Hasta el otro día. Hacía tiempo con una cerveza, un pincho de tortilla y lectura técnica, esperando a que mi amigo David saliese del trabajo para ir al estreno de Battleship. Al lado hablaban tres, más bien gritaban. Dos mujeres y un hombre. Todos comerciales, seguro, por el poco sustrato técnico que demostraban y por la cantidad de anglicismos, barbarismos y burradas con las que se llenaban la boca y hacían grandes planes de negocio. En realidad no prestaba demasiada atención porque son discursos rayados y redichos mil veces, cambiando un nombre aquí, poniendo otra tecnología allá. Hasta que la más vieja de las mujeres, con la voz también más estridente, regaló al pequeño bar/restaurante, y me arriesgaría a afirmar que a la Humanidad en mayúsculas y las próximas generaciones, con una de las frases más célebres que habré escuchado en los últimos tiempos: «Platform as a Service es la web dos punto cero». Y ya está. Y tan pancha que se quedó la señora.
Estoy casi seguro de haber escuchado un intenso, estridente, ensordecedor y brutal derrape en el interior de mi cráneo. Había terminado el pincho, el resto infinitesimal de cerveza descansaba en la mesa y el iPad estaba apoyado. En caso contrario creo que me hubiese atragantado y muerto en el acto. O hubiese perdido fuerza muscular y estrellado el iPad contra el suelo. Creo que sufrí un reset de la cola de prefetch y olvidé, del shock, los últimos cinco o diez minutos de mi existencia. O quedé inconsciente ese tiempo.
Brutal.
Por cierto, no entiendo la manía de la gente de forzar el acento cuando pasan a usar expresiones en inglés. Ese «platfoom asa serviis», dicho como si fuese nativa bilingüe de toda la vida, quedó ridículo.
Por cierto, por cierto, la de Battleship se deja ver. Y más si pagas el euro extra por las butacas deluxe y sales con un masaje relajante recibido por el precio. Con cada cañonazo y explosión que salía en la película —y son una jartá de ellos—, ganaba sentido aquella célebre frase que leí hace tanto tiempo y que empezaba con «¡Mi culo vibró...!» Agujetas tenía al día siguiente.
Estoy casi seguro de haber escuchado un intenso, estridente, ensordecedor y brutal derrape en el interior de mi cráneo. Había terminado el pincho, el resto infinitesimal de cerveza descansaba en la mesa y el iPad estaba apoyado. En caso contrario creo que me hubiese atragantado y muerto en el acto. O hubiese perdido fuerza muscular y estrellado el iPad contra el suelo. Creo que sufrí un reset de la cola de prefetch y olvidé, del shock, los últimos cinco o diez minutos de mi existencia. O quedé inconsciente ese tiempo.
Brutal.
Por cierto, no entiendo la manía de la gente de forzar el acento cuando pasan a usar expresiones en inglés. Ese «platfoom asa serviis», dicho como si fuese nativa bilingüe de toda la vida, quedó ridículo.
Por cierto, por cierto, la de Battleship se deja ver. Y más si pagas el euro extra por las butacas deluxe y sales con un masaje relajante recibido por el precio. Con cada cañonazo y explosión que salía en la película —y son una jartá de ellos—, ganaba sentido aquella célebre frase que leí hace tanto tiempo y que empezaba con «¡Mi culo vibró...!» Agujetas tenía al día siguiente.
jueves, 12 de abril de 2012
La creencia posee a la mente
Una creencia no es simplemente una idea que la mente posee, es una idea que posee a la mente.
Robert Oxton Bolt
Escuchado ayer en un capítulo de Mentes criminales.
miércoles, 11 de abril de 2012
871/1000
Eso es lo que he sacado. Te piden mínimo 700/1000. Así que he aprobado. He aprobado el examen de desarrollo de aplicaciones Web con Microsoft .NET Framework 4. Ya soy un MCTS. O un MCP. O las dos cosas. No me termina de quedar claro. Tampoco tengo muy claro para qué sirve. Pensaba que podría descargarme la nueva versión de Visual Studio. Pero de eso nada. Habrá que hacer tres exámenes más para ascender a MCPD.
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