jueves, 19 de abril de 2012

Casualidades de un cuarentón que jugó al Spectrum

Muchas son las veces que he dicho que me hubiese gustado programar algún juego. Envidiaba, con esa envidia sana, pero de verdad que sana, a todos aquellos que, con pocos años más que yo, incluso algunos con menos, dejaron su impronta en la historia de los videojuegos. Está claro que casi idolatraba a Víctor Ruíz por su Abu Simbel Profanation, que siempre quise portar a otros ordenadores (y que utilicé para un prototipo sencillo con MonoTouch y MonoGame, o XNATouch).

Hoy estaba en cliente. En realidad siempre estoy en cliente, ya que desde que estoy en Madrid aún no he pisado la oficina de la empresa que me paga, pero hoy estaba en cliente en nombre de mi cliente. Trabajando codo con codo con uno de los socios de la empresa para la que trabajo, no la del cliente, sino la que me paga, y no sé muy bien cómo salió el tema, pero el director del área de desarrollo del cliente y mi jefe se pusieron a hablar de máquinas viejas y de programación de videojuegos. Pues resulta que los dos hicieron «sus pinitos» en aquellos tiempos en que la historia de la informática de ocio se escribía con entusiasmo de cuarto oscuro sobre opcodes de procesadores de 8 bits amenizados con bandas sonoras de baudios y cargas desde cinta de cassette. El uno había publicado varios juegos, que no quería decir por la vergüenza que traen a los maduros los actos de juventud, pero que gracias a San Google del Gigabyte Bendito encontré dos: Los pájaros de Bangkok y Ke Rulen los Petas, dos aventuras conversacionales. El otro un algo más modesto Zampabolas.

Estaba encantado escuchándolos recordar viejos tiempos.

Lástima que nunca tuve el coraje suficiente, ni la tenacidad oportuna, para ponerme a ello. La excusa, y la justificación real, es que siempre me faltó grafista y alguien para el sonido. Una pena. Pero me ha entrado el gusanillo de hacer algo. Está claro que el Abu Simbel no puede ser, ya que el propio Víctor Ruiz, con su FX Interactive, ha sacado una versión para iPhone y te cobran por absolutamente todo, incluso las vidas infinitas.


Está mal que yo lo diga, pero mi versión, esa que dudo que llegue a terminar nunca, tiene bastante mejor pinta. De hecho la jugabilidad de la oficial deja mucho que desear. Si no lo crees, pásate por la página que hice para presentarlo en sociedad.

1 comentario:

Luis dijo...

Hombre, con lo de los gráficos no creo que te pueda ayudar, pero para la música si que conozco a un tipo que puede hacerlo.

No se si tendrá tiempo, además es colga de profesión, y músico de vocación, así que además de música entiende de tecnología.