Con la primera novela quedé automáticamente atrapado por la creencia ciega del potencial de la Teoría de las Limitaciones [@ Wikipedia]. Libro tras libro he intentado averiguar más sobre los mecanismos, las herramientas y las particularidades de esta teoría tan lógica pero que a mí, especialmente, me resulta algo esquiva en la lectura de los textos que prepara Goldratt para demostrarnos lo importantísima que es su aplicación con objeto de sobrevivir a las situaciones límite. En una ocasión más he leído otra novela de las que llaman empresariales buscando profundizar en la TOC, el acrónimo en inglés, quedándome casi como estaba al principio. Las novelas de Goldratt no buscan que aprendas en detalle, sino que te quedes con la esencia y que sirvan de enganche, de señuelo, para que muerdas el anzuelo y que tu deseo de saber más, la curiosidad, te impulse a seguir indagando. Y, supuestamente, pagar por ello. Por desgracia —para mí— la mayoría de las cosas que he encontrado en Internet y que parecen realmente interesantes están escritas en lenguas bárbaras como el inglés y que, siendo el vocabulario de la gestión de producción empresarial casi un subdialecto, es casi imposible de descifrar. Por suerte, pasado otro ciclo de espera, cada vez que le pido al amo de las redes sondear nuevamente en busca de contenido del tópico en cuestión van apareciendo más apuntes dignos de interés escritos en la lengua de Cervantes. Aunque muchos son parodias y refritos de otros.
Lo mismo que los libros del propio Goldratt. Cada uno viene a ser un refrito —en este caso en el buen sentido— del anterior, cambiando el escenario en el que se aplica la Teoría de las Limitaciones para salir victorioso. A fin de cuentas una de las premisas en las que se basa la TOC es su aplicabilidad universal. Sirve para todo. Se basa en que es pura y sencillamente un proceso intelectual deductivo circunscrito a cinco pasos que concluyen con una orden global, un mandamiento único, que hay que mantener y obedecer a toda cosa: evitar la inercia. Todo tiende a acomodarse y a dejarlo tal como está cuando se sale del bache. Ese es el gran enemigo de las empresas, el status quo adquirido y mantenido a toda costa mientras las cosas «van bien». Cuando viene un bache se ha perdido la práctica de superar la adversidad y las empresas se van al garete pero sin antes haber echado cuanto lastre podían echar. Expresión abstracta que se concreta en el despido, a veces masivo y a veces a cuenta gotas, de personal productivo. Es una especie de agonía en el que una empresa va perdiendo aquello que la hace mantenerse viva, aquello precisamente para lo que se montó. Alcanzado el punto de no retorno, la empresa pierde todo su sentido de ser y, simplemente, muere.
Si quiere encontrar una solución potente pero simple, también tiene que ver las conexiones entre estos dos problemas.
Scott se obliga a revisar la situación sistemáticamente. Lenny expresó el problema que tienen con el producto de manera muy concisa. Para satisfacer la demanda del mercado, tiene que seguir agregando más y más características, lo cual significa que tienen que seguir complicando el sistema. Pero para poder dar un servicio adecuado, deben simplificar el sistema. El dilema que tienen con el producto es claro, pero este dilema es el mismo, independientemente de que se estén orientando al mercado de las grandes empresas o al de las empresas medianas.
El esquema de esta novela es el mismo de las anteriores del autor: chico tiene gran responsabilidad, chico descubre que ha empezado la cuenta atrás antes de que la cosa estalle, chico se embarca en la búsqueda de una vía para salir adelante, chico descubre TOC —o alguna de las herramientas de la Teoría de las Limitaciones—, chico empieza a aplicar maravillado el esquema del Truput [@ Wikipedia], chico va aplicando reajustes a medida que va aprendiendo en el proceso, chico obtiene un beneficio total infinitamente superior al esperado, y chico pone sus barbas a remojar mientras la competencia se va a tomar por… En su primera novela, 'La meta', esto sucede en una fábrica y, por tanto, la TOC se aplicó para mejorar la productividad y los tiempos de respuesta de producción, reduciendo el inventario hasta cotas inimaginables. En la segunda, 'No es cuestión de suerte' [mi reseña], serán los mismos protagonistas de la entrega anterior los que tengan que maximizar el precio de unas empresas del grupo para lo que se embarcarán en el proceso de mejora de la logística y del marketing. Obviando el tercer libro, un ensayo algo espeso y obsoleto, 'El síndrome del pajar' [mi reseña], en su tercera novela empresarial, 'Cadena crítica' [mi reseña], se dedica a contarnos cuán beneficiosa sería la aplicación de las técnicas derivadas de TOC, en forma de un nuevo postulado denominado cadena crítica [@ Wikipedia], como el título de la obra, a la gestión de proyectos de cualquier tipo y finalidad. En esta ocasión, con su cuarta novela empresarial, la vicisitudes las pasará una empresa de software que, en el momento de escribirse el libro, finales de la década de los noventa del siglo pasado, resultaban muy atractivas al capital de inversión y que ya entonces se veía que era insostenible mantener el crecimiento tan desmesurado que estaban viviendo [Burbuja punto com @ Wikipedia].
Tengo claro que Goldratt no ganará nunca un Nobel por su prosa. Pero ya se sabe que si se quiere buena literatura mejor leer algo de García Marquez o del recién condecorado Vargas Llosa. No, Goldratt no pretende deleitarnos con buena literatura; lo que quiere es que te dejes convencer de cuán importante es la TOC. Algo que puede suponer la diferencia entre la vida y la muerte de tu empresa. Incluso de tu carrera profesional. En este aspecto la novela consigue mantener el interés en su Teoría de las limitaciones (o restricciones) y enseñar cómo sería la forma, in extremis y algo cargada de dramatismo de culebrón para mi gusto, de sobrevivir a la hecatombe cuando ya todo estaba sentenciado, aplicando un proceso puramente deductivo enmarcado en la TOC. En estos términos la novela resulta entretenida y, dicho a modo simplista y vulgar, mola.
Si te llama la atención el tema considero que forma parte de las novelas recomendables, aunque para mi gusto las dos primeras son las mejores. Esta apenas aporta mucho más a lo que ya se puede encontrar en aquellas, salvo por el hecho de estar representada en un escenario que a mí me es más cercano y familiar que las fábricas o las industrias de las primeras entregas. En este aspecto supone un refuerzo a lo que ya se hubiera podido vislumbrar en las anteriores y representa un empujoncito más de cara a seguir indagando y profundizando en la materia.
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