sábado, 2 de abril de 2011

Sin embargo, ciencia del y para el espíritu

Hoy será breve: ¿Qué ven de raro en la siguiente imagen? Tómate tu tiempo, si lo necesitas.


Para el que no lo haya hallado aún, aquí va una pista: mira el epígrafe bajo el que se encuentran los títulos de los libros que aparecen en la imagen. ¿Sigues sin entenderlo?

Es raro que pasee por la zona, pero cuando lo hago y decido entrar en El Corte Inglés de Mesa y López, es más raro aún que no me acerque a la sección de Ciencias a curiosear qué libros tienen. Apenas son dos estanterías con relativamente pocos libros. Así que el tiempo que lleva revisar las existencias es relativamente inexistente. Pero siempre acabo pillándome un cabreo monumental porque justo al lado, bajo el mismo concepto se encuentra toda una estantería llena de libros que alaban la religión de uno de los dioses más sanguinarios que ha visto la Humanidad. Y que sus discípulos no se quedaron atrás durante siglos; en cuanto a sed de sangre infiel se refiere.

Que a mí me conste, llevo viendo ese pequeño despiste desde antes de las últimas Navidades. A mí, particularmente, me molesta mucho lo que considero una malintencionada manipulación, pero como soy un tipo cobarde relativamente pacífico, siempre acabo tragándome la bilis y yéndome mosqueado. Hasta ayer, que tal vez por efecto de la cerveza que me tomé antes, le saqué una foto y le dije a la primera chica que me encontré allí que por favor lo cambiaran lo antes posible, que ya estaba un poco cansado. Tal vez no fuera el primero, porque ella bajó la mirada, creo que se sonrojó y reconoció que era un tremendo error de agrupamiento, pero —la excusa— desde que habían recolocado todos los libros no habían tenido oportunidad de cambiar el letrero.

Como decía, hace meses que lo veo así, así que nada me hace creer que lo cambiarán. Y aquí va un poco la duda. Estoy por escribir una queja a quien corresponda, pero ahora mismo no sé a quien corresponde. Buscando he visto que hay muchas más asociaciones de consumidores [@ Gobierno de Canarias] de lo juicioso. Tal vez lo correcto sería dirigirse directamente a la Dirección General de Consumo [@ Gobierno de Canarias] o, directamente, al Defensor del Pueblo [Diputado del Común].

¿Qué tal si hacemos una manifestación frente al establecimiento?

¡Pásalo!

9 comentarios:

Jonsy Gaviota dijo...

¿Realmente crees que hace falta ir al defensor del pueblo a denunciar que los libros según tu parecer no están en su sitio en una determinada tienda?

Lo tuyo es serio, chico....

Es mucho más fácil y efectivo escribir una queja al superior del responsable de la sección de librería explicándole muy ambablemente por qué no vas a volver a comprar en dicha sección.

Tú mismo.

Uno+Cero dijo...

Jonsy, por las limitaciones de tamaño de los comentarios, me voy a permitir contestarte en dos partes y cuatro puntos.

Primero quiero agradecerte de forma sincera que te hayas tomado la molestia de visitar este sitio tan particular. Es realmente extraño ver gente nueva por aquí. Te agradezco aún más el esfuerzo de dedicar tiempo a dejar un comentario.

Segundo, precisamente porque es extraño ver gente nueva, tal vez sea necesario aclarar que mi lenguaje y mis despropósitos están bastante orientados hacia los que me conocen. Digamos que me permito muchas licencias a la hora de escribir las cosas porque la gente que me conoce «sabe cómo soy» y no necesito andar dando muchas más explicaciones. Obviamente dudo mucho que el Defensor del Pueblo tenga siquiera potestad sobre esto. Sin embargo, tal vez debas releer el párrafo, que enuncio como una duda, sobre cuál es la mejor forma de proceder. En ningún momento he dicho que ese sea el paso correcto a dar. Por consiguiente...

Tercero, te agradezco la sugerencia sobre la mejor forma de hacerlo. En ella hay varios elementos que considero especialmente importantes y sobre los que voy a responderte: "efectivo", "amablemente" y "no vas a volver a comprar". Voy a empezar por el último. Sugieres que mi postura en este caso sea la de no volver a comprar en el establecimiento, tal vez a modo de amenaza (y me permito aquí indicar que no se me ocurre que una amenaza pueda ser amable), o tal vez como decisión férrea e irreversible. Aquí dudo que a un comercio como El Corte Inglés le suponga una pérdida importante el que un cliente decida no comprar más, por lo que muy efectivo no lo veo. Pero lo más importante, no veo por qué tengo yo que dejar de comprar en el establecimiento si el que ha cometido el error es el propio comercio. Como cliente creo que tengo todo el derecho del mundo a elegir dónde y cuándo compro. Sin embargo, como individuo de una sociedad también tengo derecho a posicionarme en cuanto a mis creencias. Está claro que no tengo hijos que vayan a colegios, pero no veo bien y me posiciono contra el uso del pañuelo que usan hijos de inmigrantes en los colegios. Se puede decir que las descargas ilegítimas que yo pueda hacer son algo tan residual que, casi de forma efectiva, la Ley Sinde a mí ni me va ni me viene. Sin embargo me posiciono fuertemente contra la censura y la reducción de libertades que ella implica. Y eso que todo el software que se ejecuta en mis ordenadores está pagado. Sin querer ahondar con más ejemplos, creo que queda claro que tengo todo el derecho a posicionarme como individuo; independientemente de que esté más o menos afectado por aquello contra o con lo que me posiciono. En particular, en el caso de la religión, por mucho que quieran argumentar que el diseño inteligente pasa por teoría científica, ni esta lo es ni tampoco la religión cristiana es Ciencia. Así que me disgusta profundamente que se insista en mantener ese error de concepto, aunque sea de forma no intencionada por el comercio. Repito, creo que tengo todo el derecho de hacerlo.

(continuo en la siguiente)

Uno+Cero dijo...

(sigo)

Una vez aclarado que tengo todo el derecho a posicionarme y que también tengo todo el derecho a comprar donde mejor me plazca y convenga a mis propios intereses, volvamos a lo de "amable". Cierto que las cosas es mejor decirlas cortésmente, pero barajemos cómo sería una posible carta al responsable. Yo quiero que rectifiquen y no voy a dejar de ir a comprar, por lo que, tal vez no en la primera pero sí en la segunda, en vista de que no hayan corregido el desliz, para que sea "efectivo" tendré que amenazar con recurrir a una entidad superior. Y será en este punto donde, con una amenaza de recurrir al estamento que corresponda, ya se deja la amabilidad. Repito: Una amenaza se puede expresar de forma cortés, pero dudo que uno sea amable amenazando. Por tanto considero que no se puede ser "efectivo" y "amable" al mismo tiempo si quiero asegurarme la corrección de un defecto, a mis ojos, tan lastimoso y dañino.

Ya para concluir, como cuarto punto, voy a reincidir en tu sugerencia de que la "amabilidad" es el mejor camino. Estoy completamente de acuerdo contigo, como ya he dicho antes, aunque no siempre sea lo más efectivo. Sin embargo, en este punto te diré que hay que predicar con el ejemplo y que en tu comentario no veo indicios de esa amabilidad (ni cortesía) que tan a bien sugieres que yo use. Con expresiones casi rayanas en el desprecio como "lo tuyo es serio" o "tú mismo", no veo esa amabilidad que a mí me exiges. Así que te pediría, espero que sin caer en tono desagradable, que la próxima vez que vayas a dejarme un comentario te tomes la molestia de ver si el tono en el que lo realizas es el tono que le sugieres a la otra parte. O, simplemente, ahórrate el comentario. A veces lo más cortés -y amable- es no decir nada.

Jonsy Gaviota dijo...

Segundo, precisamente porque es extraño ver gente nueva, tal vez sea necesario aclarar que mi lenguaje y mis despropósitos están bastante orientados hacia los que me conocen. Digamos que me permito muchas licencias a la hora de escribir las cosas porque la gente que me conoce «sabe cómo soy» y no necesito andar dando muchas más explicaciones.

Estoy seguro de que no tendrás ningún inconveniente en aplicarme este comentario antes de juzgarme.

Buenas tardes.

Uno+Cero dijo...

Jonsy, confieso que me he quedado completamente a cuadros -o descolocado, si lo prefieres- con tu último comentario. Efectiva y principalmente porque tienes toda la razón a la hora de exigir no ser juzgado.

Como doy por hecho que no nos conocemos de nada (navegando un poco por Internet se llega a tu perfil de Facebook y veo que no compartimos amigos ni tenemos pasado común; corrígeme si me equivoco), tal vez es justo reconocer que de la lectura del texto tal como está cualquiera que no me conozca podría concluir que mi verdadera intención sería llegar tan lejos como para incordiar al Defensor del Pueblo o poner una denuncia en Consumo. En este punto te pido disculpas porque, repito, cualquiera podría entenderlo así. Y es, francamente, algo en lo que no pienso demasiado y que dudo muchísimo que llegue a hacer. Salvo cuando paso por allí, que me cojo unos cabreos impresionantes. Fruto del último es la entrada de hoy. Y la queja verbal que le planté a la dependienta.

Sin embargo, tal como concluía mi respuesta anterior, y partiendo del hecho de que somos unos completos desconocidos, no termino de entender —y menos aceptar— el tono de tu primer comentario y, en función de dicho tono, que yo he tomado como aireado, despectivo e incluso beligerante, la sugerencia de amabilidad que me haces a la hora de contactar con el responsable de área del comercio. De los cuatro párrafos que contiene tu primer comentario, sobran todos menos el tercero. O, dicho de otra forma, el tercero es incompatible con el resto del discurso. Al menos para mi gusto y en mi sincera y humilde opinión.

En cualquier caso te agradezco sinceramente el tiempo tomado para leer la entrada de hoy, mi posterior respuesta a tu primer comentario y el tiempo dedicado a escribir los tuyos. Asimismo te felicito por el trabajo y dedicación con OpenDNIe.

Saludos cordiales.

Jonsy Gaviota dijo...

Sin problema: estas cosas pasan cuando el uno se pone a opinar sin leer previamente los hilos del otro...

Aunque no te lo creas, estoy bastante cerca del planteamiento inicial; no soy precisamente de los que equiparan la religión a la ciencia... lo que pasa es que en Madrid escenas como las que describes son tan comunes que uno ya tiende a tomárselas a coña... Y de ahí mi comentario ( jocoso; en ningún modo intentaba ser ofensivo )

Es triste, pero cada vez que veo una estantería como la de la foto, lo único que puedo pensar es que hay dos posibilidades:
- Los empleados son unos ineptos
- Los dueños de la tienda me quieren imponer unas ideas

En cualquiera de los dos casos, es un síntoma inequívoco de que nadie en dicha tienda sabría darme un consejo válido si quisiera información sobre un libro y una temática concreta

Afortunadamente en Madrid hay muchas opciones para elegir; y si no siempre queda Internet

Un saludo. Y perdón por los malentendidos
Juan Antonio

Luis dijo...

Una cartita al departamento de atención al cliente del E.C.I. no estaría de más. Si la cosa no se corrige tratar de publicar algo vía Internete con un título del tipo.

El Corte Inglés equipara la religión a la ciencia.

No se la vía, pero empezar a poner en comentarios a los periódicos, artículo en algún blog famoso .....

Añadiendo la foto y verás como se soluciona sobre la marcha.

Luis dijo...

Hombre, se me acaba de venir a la cabeza, que total los libros están allí, pues no hay más que moverlos todos a la sección de religión.

Vamos tres o cuatro y pasando por turno se los movemos todos.

Sería curioso ver la reacción cuando se den cuenta de están en su sitio.

Uno+Cero dijo...

Luis, lo de la carta es buena idea (como también decía Jonsy). Pero lo de ir allí y mover los libros... ¡¡Es aún mejor!! :-D