Hoy es mi cumpleaños. Cumplo 37 años. Como dice un compañero de trabajo, "Ojalá alcances la edad que aparentas". Pero tranquilo, no voy a ponerme profundo y tupirte con mis tristes experiencias. En general estoy contento con mi existencia. Como todos, he tenido épocas malas, muy malas, pero al final, de viejo, te das cuenta que en buena medida todo se debe a cómo lo asumas en el momento que te llega. ¿Que te deja tu novia? Te jodes (como decía La Unión en su concierto) y sigues de frente. ¿Qué es eso que pasa por tu cabeza sobre que no vas a levantar cabeza y que todo el mundo te pone la zancadilla? Eres gilipollas. ¡Ponte en marcha y déjate de lamentos!
Pero lo dicho, no se trata en este momento de hacer un repaso a mis amarguras ni a mis alegrías. Para eso están los miércoles. Sin embargo, mirando atrás, sí me doy cuenta que existe una constante en mi existencia: sed (o hambre). Sed por aprender cosas nuevas. Algunas veces sobre temáticas completamente distintas; como cuando me dio por aprender Esperanto o de hacer la inscripción en la UNED para Filosofía. También sed de experiencias diferentes. Estoy buscando información para saltar en paracaídas. O hacer parapente. Aunque con lo cobarde que soy, es para pensárselo mucho.
Todo esto tiene un precio que siempre he estado dispuesto a pagar y he pagado. Ya lo afirmaba mi profesor de Matemáticas en COU, el mismo que tuve durante todo el bachiller: "Aprendiz de todo, maestro de nada", me decía cuando le contaba que mis planes de futuro pasaban por estudiar tres carreras (a la vez): Matemáticas, Física y Psicología. Y no deja de ser cierto. Puedo afirmar, sin miedo a equivocarme, que soy bueno en nada, y mediocre en mucho. Aunque no me importa. Y menos a estas alturas de mi vida., Es lo que soy y me gusta ser un sediento en busca de cosas nuevas que aprender y experimentar. Me ilusiona.
Todos los días trato de emplear una hora en aprender algo nuevo. Ya sea en el apartado profesional (a lo que dedico los sábado), en el apartado de simple usuario de ordenadores (lunes), en el de mis aficiones (también los lunes) o, en general, por el placer de obtener conocimiento nuevo (los jueves).
Hoy es sábado, así que aprovecho para comentar una de las fuentes de aprendizaje que encontré hace unos meses y que aprovecho algunas veces para rellenar esa hora al día, como mínimo, que empleo en aprender cosas nuevas y ponerme un poco al día en mi profesión: Las Refcardz, de dzone, una especie de menéame cuya temática va de programación y de ingeniería del software. Metodología y técnica. Mola.
A estas alturas hay una buena cantidad de resúmenes a disposición del que quiera (previo registro). Yo los leo por encima cuando me voy a la cama, y no tengo ganas de leer algo más profundo o prolongado. Me llevo mi pequeño netbook y me leo alguno de los que me he descargado. Lástima que tengan tanto colorido, porque sería cojonudo tener un lector de libros electrónicos para leerlos. Por el peso y la comodidad, digo.
Siempre es bueno aprender cosas nuevas. Más si te pueden ayudar a ganarte el pan en un futuro incierto. No pierdas la oportunidad: son gratuitas.
6 comentarios:
Felicidades, Saulo. Ojalá los años te vuelvan más joven de mente, más gamberro y más valiente. Y sigue aprendiendo. Siempre.
Un beso (treinta y siete serían demasiados).
Felicidades desde Penang, la perla de Asia y un tugurio de ciudad sin aceras y en la que las ratas campan a su antojo.
Miss Tol, muchas gracias. Tal como deseas, eso espero hacer durante el próximo siglo que me queda :-)
Sulaco, imagino que ahí será habitual el caldo de rata como aquí el de pollo. Muchas gracias por felicitar.
Muchas felicidades, aunque algo retrasadas. 37 no son nada.
Yo también llego con retraso, pero felicidades igualmente :D
Luis, adastra, muchas gracias.
Publicar un comentario