En la poco más de una semana que llevo en Madrid, es la primera vez que me siento aburrido. Ha sido una semana muy intensa y, en este momento previo a irme a la cama un domingo por la noche, he tenido ganas de no estar aquí y estar en casa con mi mujer. Vaya gilipollez. Una ducha calentita y a leer, qe es como se superan estas crisis.
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