Mientras ella estaba cocinando, uno de los hombres entraba en la casa y, después de un breve y poco convincente diálogo, los dos se liaban apasionadamente allí mismo, en la cocina. Y antes de que ella se diera cuenta de nada, el otro jardinero se había sumado a la acción y la había penetrado rudamente por la puerta de servicio. Y esto daba lugar a la frase de ficción erótica más memorable que nunca recibimos: «¡Mi trasero vibró con el orgasmo!»
El pornógrafo emprendedor
Gavin Griffiths
Empresa Activa
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