Tampoco es algo que resulte especialmente reseñable. Llevaba tiempo dándole vueltas a la idea. Finalmente eliminé mi cuenta de Facebook.
No, no la desactivé. Desactivar lo puedes hacer directamente desde las opciones de la administración de la cuenta. No. La eliminé completamente. Antes borré una a una las publicaciones y las fotografías que tenía desde que la abrí. Toda precaución es poca. Bueno, eliminada en teoría, porque te mandan un correo diciendo que durante dos semanas aún te puedes arrepentir. Pasado ese período de gracia será como si nunca hubieses estado en esa red. No hay marcha atrás.
Ha transcurrido una semana. Me embarga cierto sentimiento de libertad y de satisfacción abstractos.
Ojo con pulsar el enlace anterior, que si tienes cuenta abierta se la cepilla.
¿Me cepillaré también la de Google+?
Foto tomada aquí. Autor: Alan Levine.
1 comentario:
quiero que sepas que me siento muy orgulloso de ti. Ya casi has vuelto a convertirte en un ser humano
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