Cuando reinicié un nuevo ciclo de la reinvención de mi propio mito y comencé la enésima reencarnación de una bitácora, a mediados de 2008, lo hacía con una conexión ADSL ligeramente inferior a un mega cuando yo estaba convencido que tenía contratados 2 Mb [¿Banda ancha? ¿Autopistas de la información? ¿Sociedad de la Información? ¡Y un cojón de pato!]. En la entrada que referencio podrán comprobar las capturas con las velocidades que conseguía entonces. Aunque me permito repetirla aquí, por eso de tenerla más a mano.
Hace unos meses comenzaron la tan ansiada instalación de fibra óptica en mi zona. Llevo seis años llamando cada cierto tiempo para informarme de la fecha estimada y la respuesta era siempre un «no podemos darle esa información», disfrazado de buenas intenciones. Medio vivendo ahora en Madrid, cuando ya parece que me interesaba poco, comenzaron a instalarla. En lugar de meterse en una carísima obra civil lo hicieron por fachada. Tenemos fibra óptica aérea.
Como era de esperar muchos dieron el salto. Más cuando para los fieles cliente de Movistar tienen recompensa en tal fidelidad recibiendo un enchufe de 100 Mb por el precio de 50 Mb. Y aquí es cuando se dio un fenómeno curioso. Cuatro años después, comenzaba a tener de nuevo 2 Mbits de bajada y 512 kbits de subida. Desde entonces estoy esperando que ofrezcan ADSL de 10 Mb porque, a estas alturas, y siendo más bien para los fines de semana, tener fibra me parece algo excesivo e innecesario. Pero nada, no hay manera. O te pasas a la fibra o te quedas en el mega o, como es mi caso, en esos 2 Mb que se supone nunca tuve pero que ahí están. Así que, como también estoy negociando más días de teletrabajo para hacerlos desde Las Palmas, he optado por lanzarme a la aventura de los 100 Mb con la fibra Movistar.
El instalador vino ayer. Hora y poco después ya tenía mi ventana a Internet a velocidad de vértigo. Capturas del test de velocidad antes
y después
Comparado con lo que tenía cuando mi enfado de 2008, que es la misma velocidad que he tenido hasta hace unos meses, los valores actuales significan sendos aumentos de 10000% y de 4000% en las velocidades de bajada y subida, respectivamente. Aunque tras la misteriosa recuperación de los 2 Mb se queda en unos algo más modestos 5000% y 2000%. Casi nada.
La nota negra la pone que no es oro todo lo que reluce. Alquilé una película en alta definición en la PlayStation Network y tardó casi 6 horas en descargarse, cuando se supone que debería haberla podido disfrutar en tiempo real. Tampoco parece que sea muy constante la velocidad máxima. En distintas pruebas hechas a lo largo del día he tenido caídas a 5 Mb, 25 Mb y 60 Mb. Oscila muchísimo. Aunque para lo que es el día a día, que eso contempla el correo, la navegación por Internet y las cuatro o cinco cosas más que puedo necesitar, va sobrado. Todo eso mientras, ahora sí, puedo dejar descargando la película alquilada o sincronizando mi cuenta Dropbox. Por 20 € más de lo que estaba pagando antes. Pero aún es pronto para decidir si el cambio ha merecido la pena.
2 comentarios:
Bueno ya contarás como va, tenme al día para envidiarte mucho, ya que yo sigo con mi mega cutre salchichero.
Luis, de momento lo noto desigual y según a quien demandes los datos. Alquile una película en alta definición en la PlayStation Network para probar y tuve que esperar 8 horas a que terminase de descargarse, cuando con la línea ONO que tuve en Parla, al menos al principio, podía verlas casi en tiempo real. Pero por lo demás parece que bastante bien. Puedo hacer varias cosas a la vez sin que note que otros procesos que están descargando afecten a la página que estoy descargando ahora. He podido actualizar el sistema operativo en un plis plas mientras, además, bajaba un capítulo de Downton Abbey y navegaba por Internet. Bastante fluido todo.
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