Apenas tuve tiempo de leer la advertencia del Avast cuando una ventana ocupó toda la pantalla y, en la cabecera, veía una captura de mí mismo leyendo atónito. El virus o troyano es una variante del Ukash o Virus de la policía. El texto venía a decir, más o menos, que la Policía Nacional me había bloqueado el ordenador porque alguien estaba usando mi ordenador de forma remota para acceder a sitios de descarga con contenido protegido por derechos de autor, tal y tal, y que, por no haberlo yo protegerlo adecuadamente, era solidariamente responsable. Que para evitar un proceso judicial que podría suponer pagar un muchillón de euros, debía abonar inmediatamente una multa de 100 € para que me devolviesen el control. Todo ello, repito, mientras la cámara web me grababa leyendo eso mismo. Tardé en reaccionar (a saber dónde andarán esas imágenes ahora; última vez que me siento en calzoncillos delante de la pantalla), pero la reacción fue intentar saltar al administrador de tareas. Nada. Había perdido el control de mi equipo. Reinicio en modo seguro y dejo horas y horas el Avast, del que compré licencia hace unos meses, para descubrir que hay algunos archivos infectados con CVE-2012-1723-CT [Expl].
Investigando un poco descubro que hace un par de días saltó la alarma de un fallo de seguridad importante en el Java 7. (También aquí, en castellano). Tengo Java en mi equipo porque en los proyectos que trabajo ahora usamos productos desarrollados en esta mierda de plataforma que estoy empezando a detestar lentamente (y mira que me pasé años anhelando trabajar en «proyectos pesados» con la misma). Qué ganas tengo de que vuelvan a asignarme un buen proyecto .NET.
El avispado malpensado inmediatamente supondrá que el motivo de haber sido infectado es que andaba navegando por páginas porno. Pues no, mire usté. Andaba buscando torrents de la segunda temporada de Downton Abbey en alta definición y acabé en las páginas que no debía. Doy por hecho que ha sido eso, aunque puede llevar latente un par de días (hace un par de días andaba buscando Los Vengadores y visité páginas muy similares), por lo que ahora tendré que cambiar la tarjeta de crédito -compré un pasaje esta mañana con ella- y las contraseñas de los chopocientos sitios en los que estoy dado de alta. Eso sin contar que tengo que reinstalar completamente el Windows en el ordenador del trabajo. Vaya fin de semana me espera… Suerte que esto ha pasado con el Windows, el ordenador del trabajo, y que tengo máquina virtual en mi Mac. Tiraré con ella mientras.
No se dejen ir e inhabiliten completamente Java en sus equipos y, en especial, en sus navegadores. Pero ya. De hecho desinstálenlo y convenzan a sus jefes de que es mejor cambiar todos los desarrollos hechos en esta tecnología infecta y apostar por cosas más estables y que no tengan a Oracle detrás.
En realidad creo que le he cogido manía a Java por Oracle.
jueves, 30 de agosto de 2012
lunes, 13 de agosto de 2012
Una de IMAP
Toca hacer una pequeña aplicación para migrar desde un servicio IMAP a otro. No se puede usar alguna aplicación ya existente (que las hay a paladas), sino que hay que implementar una para soportar algunas particularidades del proceso. .NET, claro. Y no me voy a poner a implementar una de cero. Así que he hecho una pequeña búsqueda en Internet y estas son las que he encontrado:
Seguro que hay chopocientos más, pero tengo prisa y necesito empezar a probar los que ya he encontrado.
- ImapX 2 - Soporta GMail y tiene buena pinta. Parece bastante activo.
- MailSystem.NET - Muy completo y tiene buenas críticas. Aunque desde el 2009 no se toca
- InterIMAP - A medias, mucho «coming soon»
- AE.Net.Mail - Me gusta mucho la sintaxis para definir los parámetros de búsquedas
- xemail-net - Hace 20 meses que no se toca
- Koolwired.Imap - Otro que parece estar a medias y que lleva año y medio sin tocarse
- OpenPop.NET - Ups, sólo para leer POP
- uno en Lumisoft - Hay hasta un servidor, pero me da pereza descargarme las partes para ver cómo funciona
- Mail.dll - Una pinta realmente estupenda, pero es de pago. No muy cara, eso sí. Habiendo opciones gratuitas, queda de momento relegada a una segunda vuelta
Seguro que hay chopocientos más, pero tengo prisa y necesito empezar a probar los que ya he encontrado.
miércoles, 1 de agosto de 2012
Dosis superlativa de mierda cinéfila
Acabo de comerme, tragarme, o visualizar, como se prefiera, una mierda insufrible, producto putrefacto de eso que vienen a llamar el séptimo arte. Por muy gratuita que te la ponga en el Plan Premium de Wuaki nunca, nunca, elijas ver Los inmortales: El origen. Por aquello de ir por la vida a contracorriente, en plan intelectual rojiprogre, ufanándome de ignorar las críticas ajenas, y de que uno mismo es el rasero por el que ha de medirlo todo y tal y tal, he quedado profundamente aturdido tras 80 minutos de la bazofia más infumable que he visto en mucho tiempo. Otros cinco minutos más y seguro que quedo perpetuamente lobotomizado. Daño cerebral crónico imposible descartarlo.
Como venganza, aquí va un spoiler monumental y la esencia misma de la película. Allá tú si lo lees. Toda la historia del origen no es más que una oportunidad para que el guaperas del prota pueda preñar a su querida. Si has visto la película original (y de culto), sabrás que la leche de inmortal tiene nulas calorías espermáticas. Vamos, que no preñaría ni con cinco litros de viagra en vena. Pero la chavala tiene la caverna anhelante de convertirse en fábrica de vástagos. El premio de encontrar el origen, acompañado de un fenómeno astronómico cuando menos absurdo, con sus planetas saliendo de órbitas y alineándose para marcar la equis en el mapa, es concederle al inmortal que alcance a la moza en el portal interdimensional, una leche de primerísima calidad con la que llenarle los ovarios hasta reventar. Todo lo demás sobra. Incluso el malo malísimo de pacotilla a medio camino entre (con mucha imaginación y siendo muy benevolente con las comparaciones) al malo de la primera parte, el kurgan, y el chalado cenobita de Hellraiser produce más risa que pavor. Aquí foto del interfecto:
La primera foto es la del final, con la chocha esperando que su bravo caballero acabe el trabajo del día para que suba las escaleras y le de un buen viaje, con eyección ocular incluida por exceso de presión interior.
Hay que tener mucho estómago para ver esta película. Ni siendo un orco del clan de los orcos más infecto justificaría verla. Y aquí van dos preguntas: ¿Por qué cojones alcancé a terminar de verla? ¿Y qué coño hago yo a la una de la madrugada perdiendo tiempo contándolo? La primera es relativamente sencilla. Mientras la tenía abierta en una pantalla, en la otra estaba leyendo cosas más interesantes. Al menos la mitad del cerebro que daba para el lado contrario sé que ha quedado intacto a la exposición. Para la segunda no tengo respuesta. La meditaré consultándolo con la almohada. Lo cierto es que ya me he relajado un poco. He descargado. A diferencia del protagonista, que se tuvo que quedar a gusto después de vaciar los huevos, yo me he quedado a gusto después de descargar tanto odio acumulado en tan poco tiempo. Dulces sueños.
Como venganza, aquí va un spoiler monumental y la esencia misma de la película. Allá tú si lo lees. Toda la historia del origen no es más que una oportunidad para que el guaperas del prota pueda preñar a su querida. Si has visto la película original (y de culto), sabrás que la leche de inmortal tiene nulas calorías espermáticas. Vamos, que no preñaría ni con cinco litros de viagra en vena. Pero la chavala tiene la caverna anhelante de convertirse en fábrica de vástagos. El premio de encontrar el origen, acompañado de un fenómeno astronómico cuando menos absurdo, con sus planetas saliendo de órbitas y alineándose para marcar la equis en el mapa, es concederle al inmortal que alcance a la moza en el portal interdimensional, una leche de primerísima calidad con la que llenarle los ovarios hasta reventar. Todo lo demás sobra. Incluso el malo malísimo de pacotilla a medio camino entre (con mucha imaginación y siendo muy benevolente con las comparaciones) al malo de la primera parte, el kurgan, y el chalado cenobita de Hellraiser produce más risa que pavor. Aquí foto del interfecto:
La primera foto es la del final, con la chocha esperando que su bravo caballero acabe el trabajo del día para que suba las escaleras y le de un buen viaje, con eyección ocular incluida por exceso de presión interior.
Hay que tener mucho estómago para ver esta película. Ni siendo un orco del clan de los orcos más infecto justificaría verla. Y aquí van dos preguntas: ¿Por qué cojones alcancé a terminar de verla? ¿Y qué coño hago yo a la una de la madrugada perdiendo tiempo contándolo? La primera es relativamente sencilla. Mientras la tenía abierta en una pantalla, en la otra estaba leyendo cosas más interesantes. Al menos la mitad del cerebro que daba para el lado contrario sé que ha quedado intacto a la exposición. Para la segunda no tengo respuesta. La meditaré consultándolo con la almohada. Lo cierto es que ya me he relajado un poco. He descargado. A diferencia del protagonista, que se tuvo que quedar a gusto después de vaciar los huevos, yo me he quedado a gusto después de descargar tanto odio acumulado en tan poco tiempo. Dulces sueños.
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