Doy por hecho que es fruto de la mejora por evolución la incapacidad inherente del ser (sub)humano en general, y de ti en particular, de preocuparse, cuando no maravillarse, de lo inimaginablemente magnífico y prolíficamente variado que es la Madre Naturaleza. Digo que debe ser algo de la evolución, y por tanto algo bueno, porque de lo contrario nos daríamos cuenta que no somos más que una cagarruta en la sinfonía de la naturaleza y la terrible depresión post descubrimiento podría ser devastadora para la esperanza de vida de nuestros egoistas genes. Suerte que hay varios miles de millones de personas que en lo único que piensan es en mojar el churro (machos) o que le den un buen viaje (hembras) y que, con ello, conseguirán una nueva generación de humanos y poner en salvaguarda la herencia genética. De momento no hay peligro que nos extingamos mientras en lo único que piense (la mayor parte de) nuestra especie sea en sexo.
Lo siento pero estos días estoy disfrutando nuevamente de la magnífica y maravillosa serie Cosmos, lo que siempre provoca en mí estos sentimientos de microbio industrializado que ve al resto de la indolente humanidad como sopa probiótica primordial...
Pero volviendo al tema del sexo, en el documental 'Armas de seducción', de nombre original -y muy acertado- 'What Females Want... and Males will do', uno no deja de sorprenderse, especie tras especie que van presentando, de lo elaborado que resulta el cortejo y la estrategia sexual en la Naturaleza. Todavía habrá quien se siga creyendo el rey del mambo de la disco pese a ver esto, pero desde luego, no hay color (ni sonido) comparado con lo que podemos encontrar. Es que hay que ver lo que han tenido que evolucionar los ritos de cortejo para conseguir atraer a las hembras de algunas especies. Nada que ver con lo de invitar a cenar y enseñar la VISA oro.
Resulta complicado decir qué especie, o mejor qué rito, me sorprendió más. Nada más empezar ya te quedas con la boca abierta escuchando los sonidos que es capaz de imitar un ave lira soberbia. Mira el vídeo y dime si lo que suena no es un obturador de cámara. Sencillamente genial. Ahora ya sé qué tipo de pajarraco era el negro de los ruidos de 'Loca academia de policía'. Otro cortejo que me sorprendió fue el tablao flamento y canto de la araña saltadora. Si después de ver esto aún piensas que eres como Elvis Presley moviendo la cadera en la pista de baile, desde luego no tienes abuela. ¿Para acabar, cómo podemos olvidar el simpático baile del ave fusil?
Lo inferido de este documental es que toda esta variedad y pluralidad de formas y métodos de cortejo deviene de lo eternamente exigentes que son las hembras, da igual la especie, a la hora de aceptar un macho que las monte. Selección sexual, dicen. Y gracias. Si se fueran con cualquiera no habríamos evolucionado más allá de la baba primigenia.
Aviso que una de las cosas malas que tiene ver este tipo de documentales es que, al final, si tienes al menos una neurona plenamente funcional, con algo de inquieta y/o curiosa, no dejas de sufrir el inmenso complejo de ignorante soberano que produce un desconocimiento tan descomunal del Mundo que nos rodea. Y esto no es más que un atisbo fugaz a miles de millones de años de concienzuda e implacable selección natural (o de ingenioso diseño inteligente, que ahora no tengo ganas de discutir; pero si realmente hubiese sido inteligente el diseñador, hubiese dejado a las amebas como especie dominante). ¿Se podría llegar a medida tanta ignorancia? En cualquier caso es un complejo que se pasará rápidamente visitando los habituales portales de vídeos guarros, todo sea dicho de paso, que sueles frecuentar. Para aliviar las tensiones que ocasiona el complejo de insignificante, claro.
Un documental harto recomendable que no deberías perder la oportunidad de ver. Ya sabes: antros regentados por las mafias del P2P los hay a patadas en los rincones de Internet. Seguro que no te costará mucho encontrar el tuyo. Puede que, con una probabilidad de uno entre un billón de cientos de miles de billones, consigas engancharte al conocimiento y a la ciencia. Aunque es más probable que uses estas curiosidades aprendidas para enganchar a la chati -o al maromo- que te pone cada día en la oficina.
No hay comentarios:
Publicar un comentario