Confieso, como otras tantas cosas que ya he confesado en esta mi bitácora, que soy un tipo bastante desordenado, en general, aunque esto, me digo a mí mismo, no tiene por qué significar desorganizado. En general siempre sé lo que tengo que hacer en cada momento, aunque es cierto que muchas veces pierdo algo de tiempo buscando las cosas que necesito. Por eso, sí creo que soy desordenador, pero no desorganizado. Matices.
Uno de los síntomas de mi desorden, o los efectos, es que mi escritorio suele resultar caótico para cualquiera. Hablo de la metáfora visual de los sistemas operativos con entorno gráfico. Lo que la gente suele llamar el fondo de pantalla, vamos. En general puede haber en torno de los cuarenta iconos en el mismo, lo que, para la mayoría de la gente, yo entre ellos, resulta improductivo o poco eficiente. Y es que tengo la manía de que cada cosa en la que ando metido y que tengo a medias, o sobre lo que tengo que actuar, acaba derivando en un o más iconos sobre el escritorio que enlaza directamente el tópico en cuestión. Cada uno tiene su manía, oiga usted.
Como en las últimas semanas el número de asuntos pendientes (o líneas de acción) sobre los que tenía que ejercer control -mi área de preocupación- ha ido en decremento a pasos agigantados, así mismo lo ha hecho el número de iconos que plagaban, cual contagio malsano, mi escritorio. En general suelo tener cinco o seis líneas de acción abiertas a la vez, aunque antes de la gran caída, tenía casi diez, y por cada uno se van reproduciendo enlaces directos que llevan a diferentes directorios, documentos, etc., etc., que necesito para ejercer mi control sobre las susodichas líneas. A medida que voy terminando un línea, van desapareciendo los iconos. Tanto es así, tanto a decrecido el número de cosas que hacer, alcanzando el valor cero, que, a día de escribir esto, estando aún en la empresa, no veo otra cosa que un desolado escritorio sin apenas nada en él. Y su visión no deja de transmitirme un sentimiento de pérdida y pesar. De aquellos grandes tiempos en los que tropezaba con, y rebuscaba entre, decenas de iconos, ahora me quedan apenas tres. En realidad uno, pues los otros dos son libros electrónicos. Y el uno en realidad es una relación de la previsión de vacaciones del personal de la delegación. Esto lleva siendo así desde un par de semanas atrás, cuando se inició un proyecto crítico que, al par de días, se detuvo y aún no sé qué pasará salvo que tuve que dejar todo lo demás de lado.
El caso es que, dado que no tengo gran cosa que hacer, tiempo baldío sufragado por la empresa, que por otro lado me hace sentir mal, tono que es uno, se me ocurrió, dado mi gran problema de desorden, que bien podría inventarme alguna forma para, ya que no voy a renunciar al hábito de intoxicar mi escritorio con iconos, sí organizarlos de forma más adecuada a mis intereses. Nunca se sabe si la situación se revertirá allá donde vaya. Así, con este sentimiento enredado, se posó en mi mente el usar una vez más el Corel Draw, en su versión pequeña, y diseñar un fondo de escritorio a mi medida, y con las medidas exactas de la resolución de la pantalla, en el que señalara zonas donde colocar los iconos y que encontrase una estética de mi gusto.
Y así es como, casi sin pensarlo, y en cuestión de unos minutos, pergeñé el fondo que se puede apreciar en la imagen anterior. Para esta primera versión tuve la ocurrencia de meter cuatro áreas: Primer plano, Segundo plano, Ratos libres y Asuntos personales. Seguramente en futuras revisiones irán apareciendo otras áreas (o quitaré alguna), pero para una primera versión no está nada mal. Creo yo.
Por si necesita aclaración, primer plano y segundo plano hacen referencia a aquellos asuntos, o tópicos dentro de un asunto, que en un momento dado merecen más mi atención o, por el contrario, pueden pasar a una forma de «no perder de vista». A medida que unos pasen a ser otros, los desplazo de una región a otra y «tan feliz».
Claro está que, por si cabía alguna duda al respecto y con fin de zanjar el asunto, siendo aficionado a la fotografía, no iba a usar las fotos de otro. Aunque nunca estoy del todo conforme con los resultados que consigo, sí que me valen perfectamente para animar, al menos en aspecto, el fondo de mi escritorio.
Sigo creyendo que usar el escritorio para estas cosas, frente al uso de aplicaciones específicas, es buena idea, pues, al menos en Windows, con la simple pulsación de la tecla Windows conjuntamente con la tecla D, se ocultan todas las ventanas que estuvieran abiertas y, de una rápida ojeada, se puede apreciar cuánto tienes que resolver. Claro está que, visto el estado anémico en el que se encuentra el mío, bien es cierto que casi mejor tenerlo cubierto por ventanas de contenido inútil y/o intrascendente. El vacío actual es casi deprimente. Sin embargo parece que la cosa cambiará en breve. Todo apunta a que, al menos los próximos cuatro meses, voy a tener más trabajo del que quisiera y, un escritorio como el que he dibujado, podría venirme bien.
7 comentarios:
Pues a disfrutar de los momentos de relax, que ya vendrán los de strees.
Eso, a leer y navegar por internet.
Tienes Opera instalado \o/
Luis, sulaco, no sirvo para tener largos períodos de relax. Está bien un día, de vez en cuando, pero a las dos semanas de pasar la mayor parte de la jornada leyendo y navegando, te dan ganas de suicidar a alguien. Alguien que no seas tú, claro. Y menos mal que ahora aún estamos con el horario de verano, que «solo» estamos de 8 a 15. Con el horario de invierno, de 8 a 18, me dan los siete males ahí metido.
Esteban, tu breve comentario requiere que divida mi respuesta en dos. Por un lado, sí, tengo instalado el Opera. En el trabajo tuve que realizar unas modificaciones en la página Web de la empresa y necesitaba ver cómo quedaba en diferentes navegadores. Sin embargo, me gustó tanto la versión 9 -sé que ya está la 10- que casi lo tengo como navegador principal. Aunque el IE sigue siendo el explorador aceptado por la empresa para la gestión interna.
Lo segundo es que al encontrarme el "\o/" lo primero que imaginé fue una inspección rectal, con los piernas levantadas y el orificio anal dilatado, preparado para un análisis de la próstata. Luego me di cuenta que tal vez se trataba de un tipo con los brazos levantados por la alegría. Ten cuidado con los emoticonos, que hay algunos que asustan :-)
Jajaja, eres un ser retorcido :-DD
Coño, me alegro de que te gustara Opera 9. El 10 tiene un par de cosas nuevas interesantes, y creo que es bastante más rápido, pero como veas...
Hace unos años me dio por la optimización personal y la autoorganización o como quieras llamar a todo ese batiburrillo de técnicas, libros y expertos que te ayudan a sacar más partido de tu tiemplo y de tu talento.
Imagino que conoces todas las fulaneces del GTD, Covey, mindmaps y el resto...
Si no, te puedo largar unas cosas aquí para que investigues.
Salud!
Esteban, ¿retorcido yoooo?
andré, pues sí, precisamente llevo un tiempo con estas cosillas. Covey con sus 7 hábitos, Allen con su GTD y Buzan con sus mapas mentales. De todas formas, siempre será bienvenida cualquier aportación al respecto. Últimamente dedico mucho tiempo a leer.
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