Hoy toca brevedad. A la mayoría —quizás los más afortunados, y yo me considero uno de ellos— se le presenta un día de visitas familiares: los abuelos, los tíos, los suegros, los padres, los hermanos, los sobrinos, etc., etc. Así que hoy dejaré tranquilo al Universo absteniéndome de verborreas y, simple, llana y sinceramente, deseo a todos y a todas unas muy felices fiestas. A poder ser con aquellos y aquellas con quienes prefieran estar.
Asimismo aprovecho ya la ocasión para desearles un año 2011 espléndido y que, pese a crisis y aprietos de cinturón, encuentren al cabo de estas fiestas, la recompensa regia tradicional del día 6 de enero acorde a los presupuestos y las conductas del año anterior. Recordando, eso sí, que el carbón será un recurso bastante demandado para la supervivencia en los próximos años. No lo menospreciemos. Dejémonos, sin embargo, de presagios agoreros y centrémonos en lo importante: a la postre disfrutar de los momentos de calidad y de calidez familiar que nos depararán los próximos días.
Me despido ya con la sugerencia de la moderación: No excederse con las comilonas y disfrutar de la vida evitando conducir si se empina el codo.
3 comentarios:
Pues menos mal que iba a ser breve... jajaja...
¡FELICIDADES!
Felicidades!!! Que lo pases lo mjor posible estas fiestas :)
Nieves, mujer, bastante breve para lo que es la costumbre sí que es :-)
Muchas gracias, Moi. Espero que tú también lo pases —hayas pasado— lo mejor posible.
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