"¿Quién me mandaría meterme en este berenjenal?", es lo que estoy pensando ahora mismo. Aún no ha llegado el material, pero la profesora puso ayer en contacto conmigo para dar comienzo a la formación a distancia (o teleformación, como les gusta llamarlo) de "Técnico superior en prevención de riesgos laborales" (paso de poner con mayúsculas la primera letra de cada palabra, como si fuésemos angloescribientes). 600 horas que, traducidas en un calendario, significa que estaré desde el 8 de agosto, ayer, hasta el 9 de diciembre con este tema. Y, después, al examen para obtener el título oficial. Pero ahí no acaba todo. Esto es para una de las tres especialidades (seguridad) que existen. Tan pronto termines te apuntan automáticamente a otro de 500 horas (¡y ya van 1100 horas!) para examinarte de las otras dos especialidades (higiene y ergonomía).
¿Y cómo me dio por hacer esto? Pues la verdad es que llevaba tiempo por hacer algo distinto a lo que vengo haciendo en la última década y media, que es darle a la programación, encarnando alguno de los diferentes roles que se presentan o mentan en esta profesión. Me gusta -a veces demasiado- aprender cosas distintas a la que marca o exige la profesión (estoy un poco cansado de aprender lenguajes de programación y metodologías). Pero lo cierto es que, pese a que me llamaba la atención el curso de prevención, yo había optado por otra cosa. Sin embargo me llamaron para decirme que el que yo quería iba a tardar en empezar y que, si quería ir haciendo algo mientras tanto, tenía la oportunidad de hacer el de prevención. "¿Y por qué no?", me dije. Así que me embarqué. En ese momento no me parecía mala idea, pero ahora no estoy tan seguro... Ya veremos.
¿Y dónde? Bueno, para el que pudiera estar interesado, me inscribí a través del catálogo de cursos que aparecen en ésta página. Mi primo Miguel me habló de ella hace unas semanas y yo quería hacer el MBA y el PM, pero acabé aceptando hacer el de técnico en prevención.
La cosa se pone interesante, y estresante. En septiembre, el 15, se acaba el horario de verano en la empresa y retomo la jornada raro-partida que tenemos. Además, también en septiembre, retomo las clases particulares de inglés, con la intención de obtener certificación en unos meses. Pero no acaban aquí mis intenciones para maltratar mi maltrecho cerebro. He decidido aprovechar las últimas oportunidades para realizar el CAP. Esto último aún está por verse, pero de hacerlo será en octubre.
A esperar que llegue el material para ponerme al tajo. En diciembre ya contaré y daré mi opinión sobre el sistema. Si no muero antes en el intento. ¿Alguien que me venda horas de su día? Pago bien.
En fin, mientras llega la documentación, voy a seguir leyendo sobre programación objective-c, al parecer El Lenguaje para los que quieren hackear en Mac.
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