Los dos primeros del autor, 'La meta' y 'No es cuestión de suerte', me parecieron muy buenos libros. Su retórica es llana, plana, sin matices, pero son funcionales y entretienen, a la vez que instruyen. Pero con 'El síndrome del pajar' el autor aburre bastante. Y eso que he sacado una buena cantidad de párrafos... Debe ser que, aunque debió suponer una revolución, ya es algo viejo.
Aún tengo dos libros del Goldratt por leer. Pero antes quiero leer 'Introducción a la lógica', de Irving M. Copi y Carl Cohen.
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